Volver al pasado es una idiotez, aunque soy un nostálgico por antonomasia. Pero no se puede vivir pensando en el ayer, en los viejos tiempos, en lo jóvenes que éramos, no se puede decir, por mas que me pese, que cualquier tiempo pasado era mejor. La vida fluye y los días que pasan, no vuelven, si no aprovechamos y vivimos el momento, nos perdemos mucho, quizás nuestra última oportunidad, es muy posible que lo que tengamos hoy, mañana desaparezca, debemos de vivir el presente. Sinceramente es una reflexión mía, que puede ser o no compartida.
Aunque ésta reflexión, que no sé si será mía, me vale para mi vida íntima y personal, la traspaso al mundo del corredor, es decir, al nuestro. Por varios motivos, desde a mediado del 2011 no levanto cabeza como fondista, una lesión tras otra me ha llevado al peor pico de forma de éstos últimos 17 años de corredor. La crisis puede tener un cincuenta por ciento de culpa, no ir a médicos especializados y fisioterapeutas traen malas consecuencia. Un desgaste psicológico también aporta bastante a una baja motivación y a la vez, a no forzar como debiera. Es como si me hubiera vuelto mas sensible al sufrimiento y al dolor y eso no es bueno para progresar como fondista. Con ello no quiero decir que correr es una tortura, pero sé que los días de series hay que darlo todo y en una treintena de kilómetros, también.
Pero como decía, del pasado no se puede vivir. Las marcas personales en las distancia están ahí, con mi orgullo de corredor, pero eso es agua pasada, se hizo en su momento y ahora hay que perseguir objetivos asequible, por ejemplo, mejorar marcas de los últimos tres o cinco años en varias distancia. Es decir, debería de bajar de 44 minutos en un 10000, 1h32 en media, y 3h52 en maratón. Si, son objetivos prudentes y realizables.
Me queda mucho por mejorar, pero en una parte de mis neuronas, están almacenada esa capacidad de sufrimiento y voy a sacarla de su letargo por más que me cueste.
Salud, kilómetros y un gramo de locura
