"No soy más que un aprendiz de buena persona y un corredor esforzado". Toni Lastra (Corredor, escritor o viceversa)
Por cada corredor que recorre el mundo participando en maratones, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafío, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta.

Doctor George Sheehan, corredor y filósofo.

martes, 14 de agosto de 2012

Corredor veterano



Si le preguntas a un veterano corredor cual es su próximo objetivo, lo mas probable es que le responda con un "me conformo con correr una hora o 12 kms diario". Aunque usted, ávido corredor, con ansia de competir y mejorar marcas personales en variopintas distancias no lo entienda muy bien.

Un corredor veterano es muy probable que haya corrido una quincena de maratones, una cincuentena de media, algún macrofondo, algo de pista y seguro que algún problema de lesiones arrastra, ya sea en las articulaciones, en la zona lumbar o en cualquier punto de sus extremidades. Esas lesiones es muy posible que le hayan hecho parar meses y eso de parar es lo peor que le puede pasar a un corredor, acostumbrado a correr a diario, parar es el peor de los castigos. Por ello, un corredor veterano sabe lo que es estar en dique seco durante largas o  cortas temporadas y si en estos momentos está corriendo sus 60 kms semanales y un domingo para las diez de la mañana se sienta en la mesa con su señora a desayunar, ya con una veintena de kilómetros en el cuerpo, ya con eso estimado amigo, un veterano corredor es feliz.

Es muy probable que se enfrente a correr uno o dos maratones anuales y tres o cuatro medias durante el año, pero sin ánimo de marcas. Tan solo se conforma con terminar los 42 kilómetros con buenas sensaciones y salir un fin de semana con su esposa e ir al mismo hotel que años tras años han compartido.

Un corredor veterano se siente bien cuando ve a sus compañeros de trabajo, ya achacosos y con un perímetro de cintura bastante amplio, y se compara. Él sigue con su talla cuarenta o cuarenta y dos, la misma que tenía cuando tenía veinticinco años y todavía es capaz de ver a su hermano pequeño sin inclinar la bisagra y amarrarse los cordones de los zapatos sin sentarse y sin inclinar las rodillas. 

Así que amigos y amigas, perseguir ser un corredor veterano, mientras llegáis, ir mejorando marcas, correr carreras, coleccionar dorsales y no os desaniméis con las lesiones, se superan las mayorías. Os lo dice un corredor veterano.