"No soy más que un aprendiz de buena persona y un corredor esforzado". Toni Lastra (Corredor, escritor o viceversa)
Por cada corredor que recorre el mundo participando en maratones, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafío, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta.

Doctor George Sheehan, corredor y filósofo.

domingo, 24 de mayo de 2009

El saludo

Con mi amigo Sebastián en estas Navidades del 2008


En mis años como corredor, siempre he apreciado al que comparte mi gesto de darles fuerte a las zapatillas. Por ello, siempre me gusta saludar, ya sea con un hola o buenos días, ya sea con un gesto con la cabeza o ya sea con levantar mi mano. Pero no por el hecho de ser un corredor, ya se es un santo o buena persona, en este gremio lo hay de todo, como en la viña del señor. Cada vez son más, los que evitan hacer este gesto tan placentero, el saludar. Puedo contar con los dedos de una mano, los corredores que gesticulan el saludo, excepto todos mis amigos corredores. Se ha convertido esto en un mal hábito y lo detesto con toda mis fuerza. Me quedo siempre mirando su cara, para ver si gesticula algo, al siguiente día hago lo mismo, y al tercero no le hago ni puñetero caso, paso olímpicamente de él.

He de decir, que gracias a este saludo, he ganado muy buenos amigos. Pondría el caso de mi buen amigo Sebastián, que empezamos por eso y luego compartimos kms y competiciones, y con ello contarnos nuestras cosas como verdaderos amigos. Pepe Lobo, mi primer y único entrenador, que gracias a él conseguí mis buenas marcas en media y maratones, además de una amistad que todavía perdura. También están los corredores que del gesto de saludar, de ahí no hemos pasado, pero seguimos con nuestro levantamiento de mano.

Con uno de estos, coincidimos a la vuelta de nuestra ruta, y después de llevar años saludándonos, en cuestión de 3 kms, me contó a que se dedicaba, de que pueblo era, vamos, como si nos conociéramos de toda la vida. Por ello soy un gran defensor del saludo (tanto en carrera como de paseo, en mi rutinario ir y venir de donde sea), detestando a cualquier corredor antipático, que con orgullo ni siquiera es capaz de mirarte a la cara. Saludar o sonreír no cuesta tanto, por ello no vamos a consumir más oxígeno y además es gratis.


Salud, kms y un gramo de locura.





miércoles, 13 de mayo de 2009

¿HASTA DONDE SON IMPORTANTE LAS MARCAS?

Antonio "el Arguiñano" (dorsal 1455) en la última media de Málaga


Obtener marcas personales en nuestras competiciones y entrenamientos es un gran placer. Yo todavía corro con la esperanza de lograr bajar mis tiempos y eso me anima a salir ahí afuera. ¿Pero que nos ocurrirá cuando ya sea por edad o lesión no volvamos a mejorar nuestro tiempo en una maratón? Se de muchos que han abandonado esta vida atlética porque ya no son capaces de vencer a sus rivales, o en el peor de los casos estar dentro de los tiempos acostumbrado.

Yo sigo en este deporte porque me gusta, y ahora estoy muy lejos de mis mejores marcas. Pero eso no quita de que salga a la intemperie todos los días, como me dijo Toni Lastra hace ya una decena de años, lo importante es perdurar, y esa frase ha marcado mi vida como corredor.
Mi amigo Antonio “el Arguiñano” es siempre un ejemplo para mí. A pesar de su artrosis de cadera (mas tarde o temprano deben de ponerle una prótesis), sigue ahí. Muy lejos quedan ya sus proezas como maratoniano, sus 50 kms del Veleta, sus buenas marcas en media maratón y esas largas tiradas de 32 kms en el mes de Agosto y Septiembre preparando los 42 kms de Ciudad Real, carrera que compartimos y donde hizo podio en su categoría.. Tres o cuatro veces en semana sale a correr y eso es para mí lo mas importante.

¿De que te sirve un buen currículo como corredor si te retiras al sedentarismo? Las marcas están ahí, para presumir de ellas, pero eso no es lo más importante, como dice Lastra:

“Podrá no haber maratones, pero siempre habrá corredores y, para mi, el verdadero corredor es el que, día tras día, espera con la fe de un novicio el renovado encuentro con la naturaleza, sin mas premio que vivir la armonía del cuerpo al escuchar sus pisadas sobre las hojas muertas, abatidas por un chubasco otoñal.”

Sigamos corriendo y buscando esa marca personal, pero no olvidemos la esencia como corredor, disfrutar del día a día. Las marcas dejarán de existir, pero mientras, nosotros, seguiremos corriendo.

Salud, kms y un gramo de locura


lunes, 4 de mayo de 2009

Siempre positivo


Soy más bien un tipo solitario, aunque eso no quita de que me guste estar rodeado de gentes o amigos que conozco. Por ello el correr, puedo decir, que sea un deporte que se adapte mucho-bastante a mis cualidades como persona. Con ese acto tan sencillo, que es el de patear caminos a un paso ligero, me puedo considerar el ser humano mas feliz del mundo. No necesito mucho, ni siquiera los mejores de las zapatillas últimos modelo Mizuno, Aacsis, no, con un par que contenga unos refuerzos ante mi pronación, amortiguación en talones y pulpejos y un buen agarre en las suelas, me es suficiente. No necesito Mp-3, aunque se que es muy habitual entre mis amigos corredores, José Antonio, CarLitros, Mario y Pedro (Manhattan) de mi club, etc. Estoy acostumbrado a correr en silencio, escuchando el sonido ambiente, roto por el ruido de mis pisadas.

Me gusta mas correr con mis amigos habituales de mi club, pero ahora que no ando ni para atrás, prefiero correr solo y no estorbar a ellos que correr a 4,30 el km. Pero así y todo, corriendo en solitario, sigo disfrutando, no me aburro como otros que necesitan estar rodeado de corredores. Con esos cuarenta minutos de mi correr diario, no me es suficiente, pero me conformo y desconecto, me hace sentir bien, viendo los problemas diarios de otra manera mas positiva. Todo lo malo pasa, las molestosas sensaciones de mis isquiotibiales y esa maldita crisis, serán una anécdota mas en mi vida de aquí a x tiempo. Pero mientras que esto ocurre, no me quedo con los brazos cruzados. Realizo un curso de más de seiscientas horas para aumentar en algo más mi currículo y corro esos grandes cuarenta minutos, hago mis abdominales y una tabla de gimnasia con unas baratas bandas elásticas, ahorrándome unos euros que me llevaría un gimnasio.

La cuestión está en ser uno mismo y no desesperar por la situación. Dicen que con mal tiempo, buena cara. Pues yo hasta con mal tiempo corro y ante los malos tiempos no me quedo en casa con los brazos caídos. Aquel famoso entrenador de este Club Barcelona decía con su acento holandés, siempre positivo, pues si señor, siempre positivo. Es la mejor manera de ver las cosas, aunque yo necesito esos mínimos cuarenta minutos de carreras. Otros, al o mejor, necesita desconectar dando un paseo con su perro por la playa, o en el peor de los casos, ir al bar a ponerse ciego de cubatas. Mientras yo, como dice mi admirado George Sheehan, preciso ausentarme por el asfalto o por polvorientos caminos.

Salud, kms y un gramo de locura