"No soy más que un aprendiz de buena persona y un corredor esforzado". Toni Lastra (Corredor, escritor o viceversa)
Por cada corredor que recorre el mundo participando en maratones, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafío, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta.

Doctor George Sheehan, corredor y filósofo.

martes, 28 de mayo de 2013

Corriendo con inteligencia



El otro día me tropecé con un viejo amigo corredor, desde mis inicio hemos compartido cientos de kilómetros  y una gran multitud de carreras y maratones. A groso modo hablamos de todo, de la vida y como no, del correr.  Tanto uno como el otro, no atravesamos nuestros mejores momentos deportivo. Así que cualquiera que  escuchara nuestra conversación , las ganas de correr se las quitábamos en un santiamén.

Estás cosas suelen pasar, los corredores solemos tener bastante problemas con las lesiones, sobre todo si hemos sidos o somos unos cafre y hemos abusado de nuestra buena forma física. El cuerpo pasa factura y se nos manifiesta en forma de molestias que suelen acabar con dolores y en el peor de los casos de forma crónica. 

¿Pero quien se resiste al gozo de correr? Ya se que se puede disfrutar también corriendo con inteligencia, pero es difícil y complicado contenernos y en vez de hacer cincuenta  kilómetros a la semana, queremos hacer setenta o cien. Los kilómetros pueden ser una droga dura, aunque para mí ése se puede no es una duda, es una verdad como un templo. Estar al filo de la navaja es una gran sensación, y si el cuerpo nos lo permite, es complicado resistirse a la tentación.

Yo, lamentablemente, hago de tripas el corazón. No es porque  quiera, sino porque me es imposible correr mas de lo que hago ahora, la culpa es de una maldita  lesión ya longeva por el tiempo que lleva conmigo. 

No me arrepiento de haber hecho barbaridades, es más si pudiera  las volvería hacer, es mas, las voy a hacer cuando el cuerpo me de una tregua. Mientras debo de ser conservador, no tengo mas remedio, prefiero correr despacio a no correr nada, prefiero correr treinta minutos a a no correr nada, esa es una de las consecuencia de ser un corredor empedernido como yo, no cambio media hora de carretera por media hora de sofá, mi cuerpo y mi alma me lo agradecerá. 

lunes, 20 de mayo de 2013

Correr, un acto de fe





Cuando contaba con  la edad de treinta y dos años, ya creía saberlo todo. Lo que había vivido creía que era el tope, a partir de entonces vendría el declive o la monotonía. Estancarme o cambiar, esa era la cuestión. Hacer lo que los demás digan o hacer lo que me apetecía. Aburrido de siempre igual, siempre lo mismo, llegué a un estado de ansiedad nuevo para mi. Me veía gordo, muy gordo. Aunque era joven, me veía viejo. Que llegara el viernes era el signo de otro fin de semana mas de lo mismo. Mi vida era calamitosa, sin sentido y mis amistades, mas de lo mismo. Beber, fumar, fútbol y poco mas. Entonces llegó el correr.

Ese tren paró delante de mí y me preguntó: ¿Subes o baja? Inconscientemente subí, una vez en él, dejé de ser divertido para los demás para ser yo mismo. Modifiqué mi vida, modifiqué mi modo de vivir y el de ver las cosas. Descubrí, sin saberlo, que correr fue una salvación para mi cuerpo y,  más aún, para mi alma. Correr me hacía ser yo mismo, el niño que dejé de ser hacía mucho, fue algo especial, algo inesperado. 

Todos decían que eso iba a ser una cosa pasajera, todos me veían de pasar día tras día con mis zapatillas, hiciera sol o lloviera, siempre salía a la carretera. Poco me importaban esas medias sonrisas, de poco me valía sus opiniones, me daba igual. Corriendo mi hora diaria me hacía feliz. Corriendo me evadía de todo, correr no era un deporte, correr era otra cosa y lo descubrí leyendo a Sheehan o a Lastra, sí, me di cuenta que no estaba loco, y si lo estaba, bendita locura. Correr, para mi también, es un acto de fe.

Salud, kilómetros y un gramo de locura


martes, 14 de mayo de 2013

El corredor longevo


La vida es corta, si que es verdad, pero la trayectoria de un corredor puede que también. Pero ese "también" es un decir. Si solo somos corredores para mejorar marcas o estar siempre en ese pico alto de estado de forma, sí que será corta, bastante corta diría yo. El cuerpo se deteriora inexorablemente y llegará el momento en que te adapta a la nueva situación (vale ésto para la crisis) o se termina todo, dejarás de ser un corredor y volverás a ser la persona que eras.

En mi experiencia como corredor, me he dado cuenta que el verdadero disfrute está en disfrutar el día a día. Hay momentos (temporadas) pletóricas, llenas de éxito, buenas sensaciones, quemando ciclos, sin pestañear, sin desfallecer, asimilándolo todo semana tras semanas. Ganando o estando cerca de tus rivales mas directos.
 Pero también están las temporadas malas, ésas en la que te lesionas sin esforzarte   lo mas mínimo, en la que no eres capaz de terminar un mesociclo, en la que no asimilas nada de lo que haces, en la que sales a correr y las piernas son como de hormigón, en la que el corazón late a unas pulsaciones exagerada para el ritmo que llevas, en la que no corres con tus amigos por no ser capas de aguantar esos ritmos, creerme que esos días llega, tarde o temprano, pero llega. Ahí es cuando sabemos la clase de corredor que somos, el longevo o el del que "solo corro para que me piropeen". 

El corredor longevo es aquél que corre porque es lo que mas le gusta en este mundo, sabe que correr es parte de su vida, sabe que corriendo su hora diaria es una persona feliz, sabe que pertenece a ésta sociedad aunque necesite una hora (o media) para desconectar de ella. Sabe que  ir a cinco el kilómetro o a siete es solo una cifra de números, de dígitos, el corredor longevo corre por correr, corre porque le hace feliz, corre porque suda y ese sudor es como el agua bendita, es agua purificada.

Disfrutemos del momento, si mejoramos marcas disfrutemos de ellas, si quemamos ciclos, disfrutemos de ello. Pero debemos de ser elocuentes, debemos de saber que lo bueno, los éxitos se acaban, cuando sepamos éso y lo asimilemos, seremos un corredor longevo. 


sábado, 11 de mayo de 2013

Un paso atrás






Dos meses ya sin poder entrenar, y lo peor es que todo este parón de nada me ha servido, la lesión vuelve y vuelve otra vez. Lo que mas me preocupa es que no doy motivo para ello. Hago lo que tengo que hacer, es más, estoy empezando como un principiante, alterno andar y correr durante cuarenta minutos para empezar suave esta nueva etapa.  Dos o tres veces en semana empiezo andando unos quince minutos, luego alterno esos cuarenta minutos de trotar y andar y después otros quince minutos de andar. Al final, ejercicios de fuerza, abdominales-lumbares y estiramiento. No lo veo excesivo, pero ese poco, esa hora larga de ejercicios es suficiente para que mi lesión (zona abductor y pelvica) despierte.


Empecé hace dos semanas con toda mi ilusión, con la ilusión de un novicio, con ilusión de estar dentro de tres meses corriendo veinte kilómetros por montaña, con un claro objetivo de ser sub 3h45 en la maratón de mi ciudad, Málaga...y cada vez lo veo mas lejos estos objetivos. Modificaré mi plan de entreno nuevamente, igual lo estoy haciendo mal, aunque mi experiencia como corredor (17 años) me dice que no, que lo estoy haciendo bien, pero cambiaré esos 40 minutos por 30, haber si así sí. 

martes, 7 de mayo de 2013

Planes de entrenamiento


Carlos, Pepe Lobo y yo

En vuestro margen derecho he adjuntado varios planes de entrenamiento, El de mi amigo y entrenador al finales del los 90 y primeros años del 2000 Pepe Lobo, progresé  espectacularmente, de correr las medias en 1h45 a realizar 1h22 y aproximarme a las 3h en la maratón. Es largo, de cinco meses, pero se empieza con solo 20 minutos de carrera continua el primer día y en progresión días tras días. Se respeta mucho las series y el 10.000 a ritmo, muchos 30 kms los fines de semana y en las carreras continua y largas ir al 70%.
Si se hace escuchando nuestro cuerpo, el día de la maratón mejoraremos marcas. Éste es para hacer 3h10 o 15, pero vale para cualquier nivel, tan solo hay que adaptarce a nuestros ritmos del momento.

Para los que tengais Facebook, he abierto una página dedicada al libro (Biblia del corredor) Correr es salud de George Sheehan: