Este texto empieza en el Blog amigo de Jose Antonio, Diario de un corredor . Pinchando en el podremos leer un texto que muchos conoceréis, Esos locos que corren de Marciano Duran, y que acaba en este blogs de Correr para vivir mejor. Creo que todos nos identificamos con sus palabras, yo me reconozco en el ¿y ustedes?
El colgarlo en dos blogs ha sido idea de José Antonio, creo que es bueno que haya un vínculo entre los blogses amigos, y de que mejor manera que la de compartir el texto de Marciano Duran.
Son raros.
Se inventan una meta en cada carrera.
Se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la vereda, a los que los miran por televisión y a los que ni siquiera saben que hay locos que corren.
Les tiemblan las manos cuando se pinchan la ropa al colocarse el número, simplemente por que no están bien.
Los he visto pasar.
Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, tienen puntadas en el costado… pero siguen.
A medida que avanzan en la carrera los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las puntadas empiezan a repetirse y dos kilómetros antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí.
¿Por qué no ser uno de los cuerdos que aplauden desde la vereda?
Están locos.
Yo los conozco bien.
Cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan a puro amor la transpiración en su cara y en su cuerpo.
Los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo les pega un grito solidario cuando atraviesan la meta.
Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice “Llegué -Tarea Cumplida”.
Apenas llegan toman agua y se mojan la cabeza, se tiran en el pasto a reponerse pero se paran enseguida porque lo saludan los que llegaron antes.
Se vuelven a tirar y otra vez se paran porque van a saludar a los que llegan después que ellos.
Intentan tirar una pared con las dos manos, suben su pierna desde el tobillo, abrazan a otro loco que llega más transpirado que ellos.
Los he visto muchas veces.
Están mal de la cabeza.
Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo.
Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto.
Se agrupan por equipos y viajan
Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior.
Cuelgan sus medallas en lugares de la casa en que la visita pueda verlas y tengan que preguntar.
Están mal.
-Esta es del mes pasado- dicen tratando de usar su tono más humilde.
-Esta es la primera que gané- dicen omitiendo informar que esa se la entregaban a todos, incluyendo al que llegaba último y al inspector de tránsito.
Dos días después de la carrera ya están tempranito saltando charcos, subiendo cordones, braceando rítmicamente, saludando ciclistas, golpeando las palmas de las manos de los colegas que se cruzan.
Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos -consigo mismo- una hora por día.
Dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más.
Dicen que la gente no se banca tanto silencio.
Dicen que ellos lo disfrutan.
Dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras corren y conversan sin miedos con ellos mismos.
Dicen que el resto busca excusas para estar siempre acompañado.
Están mal de la cabeza.
Yo los he visto.
Algunos solo caminan… pero un día… cuando nadie los mira, se animan y trotan un poquito.
En unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos.
Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran.
Pican, frenan y vuelven a picar.
Me parece que quieren ganarle a la muerte.
Ellos dicen que quieren ganarle a la vida.
Están completamente locos.
Marciano Durán
Marzo 2008
11 comentarios:
Me parece una maravilla de texto que resumen perfectamente nuestras sensaciones y el mundo del corredor popular, con una poesía muy sugestiva.
QUé pasada Paco. He flipado, porque comparto TODAS las reflexiones que cuenta el poema, pero todas y cada una de ellas. Qué curioso, cómo podemos sentir lo mismo gente tan dispar. Es una especie de onda esencial que nos une.
SALUDOS
Cuantas verdades hay aquí escritas,todos los que corremos nos identificamos con ellas,un saludo.
Este texto se lo mandé hace tiempo a toda mi familia, es genial. Gracias a Dios estamos todos locos.
Abrazos, Germán.
Jesús todos nos identificamos con este texto tan bueno. Saludos
Javi lo has explicado muy bien, el texto o poesía es genial. Saludos
David como corredores que somos, esas palabras las entendemos a la perfección, saludos
Germán yo he mandado un montón de emilios con esta poesía tan buena, saludos
Amén
Un abrazo.
Es bonito que de vez en cuando a través de este tipo de textos que nos retrata con mucho sentido del humor y fidelidad a todos,se acuerden de nosotros.Lo ha pasado muy bien leyéndolo y me he sentido muy identificado.
Un saludo Paco.
muy buena jugada la que habéis hecho compartiendo este fabuloso texto.me lo imagino en boca de Andreu buenafuente y me parto JAJAJAJA.
"Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior" juas juas jjuas.
Saludos.
Gracias por el mail.
Saludos.
Me ha encantado, una forma de expresar a alguien que no entiende este fervor del correr de una forma clara.
Yo me identifico totalmente con el texto.
Grimo...no coment, jeje saludos
Celebro que te identifiques con el texto maratonman, es bueno de verdad
Adrian fue idea de Jose Antonio y la verdad es que queda muy bien, el texto genial. Un abrazo
Saludos Francisco
Espartano el texto parece que está hecho por un corredor, pues si no lo es nos comprede bastante bien. Un abrazo
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