La lesión, tarde o temprano, llega. Se manifiesta de muchas maneras, de repente, de poco a poco, etcétera. Lo normal es que se produzca por un exceso de entrenamiento o por correr sobre superficies dura (baldosa, cementos, asfalto). En mi caso actual, es por lo segundo, desde que corro por aceras y asfalto, no levanto cabeza. Creo que es por ese motivo, ya que las lesiones me han respetado durante bastante tiempo siempre que he corrido por tierra. Por desgracia no me queda otra, actualmente me es imposible de correr en un circuito de tierra como he entrenado durante la ultima década. Quizás los fines de semanas me sea posible correr en terreno blando, pero durante los días laborables no.
Así que aquí estoy, lamentándome por no poder hacer lo que mas me gusta y pensando, que es lo peor, si a mi vuelta al asfalto, vuelve otra vez el dolor. Entonces el descanso no me sirvió de nada y la ingesta de antiinflamatorio tampoco.
Se lo que voy a hacer, olvidarme de minutos por kilómetros, fortalecer y estirar. Progresión y constancia va a ser mi lema, tengo toda una primavera-verano para una vuelta en otoño. Que así sea.
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